Pequeñez
Aquél crepúsculo de invierno, ella tomó su vestido de princesa y se colocó la corona. Bastaron solamente unos minutos para que el llanto se apoderara de él. sus trajes eran todos de superhéroes. Su abuela tomó retazos de telas viejas que siempre almacenaba, por si algún día las precisaba. Bastó una simple y admirable conjunción:...