Una ciudad de verdad
Hace más de una década, cuando no me anclaba la paternidad, hice un viaje adánico a la sierra peruana; la soltería me permitía irme adonde quería, total, estaba todavía en onda parricida y, si se daba o no, el típico asesinato ritual de los poetas novatos que quieren acabar con la hornada de poetas precedentes,...