Este mar inofensivo
El suelo no se movía, estaba quieto: I am, yo soy. Me tumbé y escuché el latido de sus entrañas, aunque quizás fuera el mío que reverberaba contra la tierra. Arranqué puñados de hierba de un tirón con ambas manos. El suelo no se movía, estaba quieto y el mar se despeñaba por la pared...