Entre nubes y un puñado de cenizas
Era una cálida mañana de verano, el aire caliente se agolpaba alrededor del auto y se enmarañaba como un velo en lo alto de las montañas. Siempre me gustaron las mañanas nebulosas, pero aquí en Monterrey eran particularmente hermosas; bochornosas y a veces medio nubladas. Habíamos recorrido un largo camino desde la ciudad a las...