EL JUEGO DE CONTAR GRANOS
Estando ya en la puerta roja de sus labios lo retiró y pensó: “Mejor lo guardaré”. Esa fue la primera disputa en la que su mente y su estómago se enzarzaron. Unos pasos más al norte, en un camino que amarilleaba, encontró otros cinco. Se sentía acompañado por la suerte, pero tuvo que pelear con...