Residencia de retiro
Nos separaban, no más de veinte pasos de la acera al portón de hierro de la entrada principal, yo iba cargando con la mano derecha la pequeña maleta de papa, de mi hombro izquierdo colgaba su viejo bolso marrón, de cuero y correas. Papá caminaba apenas por delante de mí, arrastraba los pies con lentitud,...