Carne, más carne
En cuanto juntaba veinte euros en el bolsillo, salía hacia el Texas solo por ver a Estela. Nada me hacía más feliz. Si alguna vez no coincidía con ella por su turno de trabajo, me desesperaba por tamaño despilfarro, aunque un buen bistec siempre mereciera la pena. Mi exiguo sueldo me daba para acudir a...