Los Domingos
Antes de que el sueño me abandonara llegaba el aroma, lo recuerdo perfectamente. Subía por las escaleras serpenteando como una serpiente, pasaba por el pasillo dejando un rastro de delicia. Entonces trepaba por mi colcha y llegaba a mi nariz acariciándola suavemente. Olía a aceite de oliva caliente, a las exquisitas tortas de masa que...