Dolor de un sueño cumplido
Despiertas. Lentamente en la tórrida cama vas adquiriendo la noción de tiempo y de espacio. Tus ojos recién aflorados advierten el tan esperado día, tu rostro traza a su vez una sonrisa árida. Fuerzas tus pegados labios para, entre la alegría mañanera, aclamar un “al fin”. Irás a la cocina y saludarás a mamá y...