Dulce como la miel
Nos sentamos en la mesa creyendo que podríamos estar tranquilos al menos durante la comida. Lo preparé todo con el máximo esmero, poniendo atención en los detalles, quería crear un ambiente apetecible y casi lo logré, casi digo porque en verdad todo salió al revés. A la calma inicial siguió la tormenta, en un momento...