Clases de lloro
Fui a clases de lloro. El profesor era un tío super alegre que se transformaba como un actor. Cada función, cada lloro era distinto. Primero lloraba él y luego todos nosotros. Al grupo de deprimidos les costaba más: decían que no querían sobreactuar. La anciana de ojos azules lloraba lágrimas bellas y difíciles. Lo recuerdo....