VARÉNIQUES DE CEREZA
–¡Cerezas! –escuché la resonante voz de un vendedor ambulante–. ¡Ricas cerezas! Me asomé por la ventana, entrecerré los ojos disfrutando la suave brisa y volé nostálgicamente a tiempos pasados, a la casa de mi madrina Nina. Mis recuerdos me llevaron directo a su cocina. Sentada al lado de una mesada de roble, observaba como Nina...