Demasiado buena en su trabajo
El mullido impacto de los tacos contra la tierra impulsaba a una extenuada Júlia con cada pisada. Se apartó el flequillo sudado de un manotazo y buscó alguna aliada entre la marea de camisetas rojas. – ¡Jugadora 09, pase a tu diagonal derecha! Jugadora 02 entre las oponentes 03 y 11 – exclamó la voz metálica de su entrenadora. Júlia...