No personas, sombras.
Llego a mi casa, una casa en la calle Pereda. Tiene las paredes blancas, pero con el paso del tiempo y los niños ahora es grisácea. Tiene una puerta de madera grande y dos ventanas a cada lado, no muy grandes, no muy pequeñas. Una casa normal y corriente, mía. Llego y empieza lo que...