El día que jugué contra Dios
Primero que todo, Dios es zurdo, es de lo más raro. No se puede defender a alguien que además de especial posee la característica innata de manejar el balón con la pierna que solo uno de cada diez o veinte maneja, es imposible. Segundo y para mayor frustración, ambas piernas, izquierda y derecha, las maneja...