Lo que paga las facturas
Era inevitable. La rutina lo consumía y no sabía salir de ella. Llegaba al trabajo cabizbajo y arrastrando los pies. Sólo lo animaba que aquél empleo pagaba las facturas. Al entrar saludó con un minúsculo «buenos días» a sus compañeros, que ya estaban en los vestuarios cambiándose de ropa. Abrió su taquilla y colocó el...