Lima
Qué hermosa es esa Lima de las cinco de la mañana, donde las autopistas son como estar resbalando por mantequilla, qué hermoso es el silencio de los carros dormidos, de los carros fantasma. Cuánto me gusta esa Lima despoblada de gente extra, donde solo quedamos los borrachos y los madrugadores; visitantes perplejos, admirando la eternidad...