Un dia, sin un gracias
Comenzando como todos los días, al subir la persiana del local, eran casi las ocho am, los primeros clientes llegaron en unos minutos, el horno estaba caliente, las media lunas listas y las empanadas a punto de salir, la maquina de café preparada y el con una sonrisa detrás del mostrador. La rutina de cada...