¿Te acuerdas de la banca?
‒Ahí te vi por primera vez, en esa banca. Apunto con el índice hacia la calle, asegurándome de que vea exactamente dónde se cruzaron nuestros caminos. Acaricio su brazo y ella ladea su cabeza hacia mí sin decir nada. Seguro piensa en mí, en nosotros. En cuestión de minutos el departamento se ilumina por completo....