YA ESTÁS A SALVO
Miedo. Miedo era la sensación que recorría todo su cuerpo cuando escuchaba la llave girar en la cerradura de la puerta y, a su vez, las preguntas de rigor golpeaban en su cabeza produciéndole un torbellino de sensaciones; “¿cómo estaría hoy?, ¿tendría ya motivos para enfadarse con ella?, etc.”. “Tranquila, aún no ha dado tiempo...