Los últimos días de San Felices
San Felices era un pueblo como otro cualquiera, un pequeño pueblo castellano enclavado en lo alto de una colina y rodeado por un pequeño río, el Alhama. Siempre fue un pueblo normal, lleno de gente llana y trabajadora, que respetaba al alcalde y al cura, daba limosna, acudía a la misa los domingos y vivía...