Es uno de los elegidos; impredecible, tenaz y misterioso. Nadie sabe de qué modo va a actuar en ciertas circunstancias.
A los siete años, Jun; un joven coreano de ojos oscuros, pelo corto negro y estatura media, se mudó de país por cuestiones familiares. A su padre lo trasladaron de empresa. Era arquitecto en la compañía V-erde, que se encarga de fomentar el desarrollo del medio ambiente utilizando los recursos tales como los materiales, la energía y el agua de manera eficiente y reducir el desperdicio y la contaminación. La nueva industria en la que está, es la de Eco-verde, mucho más grande y que trabaja con diversas empresas del mismo sector en más de dieciocho países.
Jun quería seguir los mismos pasos que su padre, y a los doce años se introdujo como miembro en un comité de divulgación de ecología para concienciar a las personas del impacto humano en el planeta.
Un día con esa misma edad lo llamaron para que diera un discurso en el teatro Parssek de la ciudad en la que residía. Jun llegó al teatro a las once de la mañana y acto seguido se acercó al escenario. Ya tenía todo preparado y sin perder tiempo comenzó con la charla.
— Buenos días, me llamo Jun Wred, y antes de empezar quisiera agradeceros a todos el estar aquí y demostrar con vuestra presencia que deseáis un mundo libre de contaminación y mejorar la biodiversidad, el planeta y como no, la vida. Como veréis, solo soy un niño, pero desde muy pequeño mi padre me inculcó muchos de sus más profundos ideales y del impacto tan grande que el ser humano provoca en el mundo. Él compartió su sabiduría conmigo con el fin de que fuera diferente y que después yo pudiera hacer lo mismo con las personas que estuvieran dispuestas a escucharme, lógicamente.
En el público hubo una leve carcajada.
—Mi verdad es que a mayor humanidad peor supervivencia. Lo que está claro es que la natalidad sigue superando a la mortalidad, eso significa que habrá más población y por consiguiente mas escasez de recursos naturales. Y tengo miedo, porque veo un futuro horrible donde el planeta no pueda aguantar más nuestros actos y acabe por morir, y eso hará que muramos todos. Muchos pensareis que todo esto no sale de mí, sino que me dijeron que lo hiciera porque siempre es más fácil hacer caso a un niño que a un adulto. Pero no es así, yo lo noto cada vez que salgo de casa; ciudades, urbanizaciones, automóviles… todo es artificial en donde antes había algo natural, y lo natural es la vida. Antes dije que había mucha población, y cuanta más haya más habrá que destruir lo natural para crear lo artificial. Para mí esto es una gran ironía, quiero decir; destruimos para crear y vivir, pero lo que realmente estamos destruyendo es nuestra propia vida. No sé, algo me dice que si no se cambia será nuestra perdición. Como analogía podría decir que el ser humano es como un veneno, pero lo bueno es que puede transformarse en su propio antídoto, todo dependerá de si damos paso al mayor silencio que nunca hemos dado, y escuchamos por primera vez al planeta, porque nos está “hablando” continuamente, y lo único que desea es que lo oigamos y le otorgemos el respeto que se merece, porque ha establecido un pacto con nosotros; nos ha permitido vivir a cambio de respetar su vida.
Para mí la inteligencia es relativa. Un individuo que para conseguir lo que desea tiene que pisotear a todo lo que se le interponga por medio sin importarle nada más, carece de inteligencia. Lamentablemente vivimos en una sociedad donde nos fuerza a adaptarnos a los cambios, y si nuestras necesidades nos impulsan a hacerlo pues hagámoslo, pero una cosa es necesitarlo y otra creer que lo necesitamos.
Para concluir quiero compartir una reflexión. La humanidad está divida en dos clases de individuos, los buenos; aquellos que sacrifican su comodidad y respetan todo lo demás, y los malos; esos otros que ansían el poder, la riqueza y no les importa a que o quien lastiman si eso les otorga la superioridad absoluta, o eso creen, porque nunca lo serán. Aquí viene la gran pregunta; vosotros, ¿a qué clase pertenecéis?
Muchas gracias a todos por venir, espero que cuando sea mayor pueda contemplar un nuevo mundo completamente sano. Adiós a todos y de nuevo muchas gracias.
Jun se va del escenario entre poderosos aplausos, ovaciones y silbidos. Ese día fue el primero pero no el último discurso del chico. Dio muchas más charlas y hasta en el día de su graduación en el instituto.
Nali Pagrop es una chica francesa de dieciséis años; de ojos verde oliva, pelo corto castaño, tez clara y estatura media. Es una chica muy emocional, siempre busca soluciones para hacer sentir mejor a la gente que la rodea. Le gustan las películas románticas y hasta escribió a la edad de catorce años un guión para una película sobre Nagala; una chica de diecisiete años enamorada del hermano de su mejor amiga, seis años mayor que ella, el cual tenía novia desde hacía tres años y con planes de formar una familia con ella. Nagala era muy celosa y tenía que conseguir al chico, por ende, se las ingenió para sabotear ese idilio, acto el cual la descubrieron y que le supuso una mala amistad con su amiga por intervenir en una relación firme y estable. Nagala quiso solucionar las cosas y pidió disculpas, pero nadie supondría jamás lo que un día haría.
Nali entregó el guión a un director de cine que lo recogió encantado, y le dio esperanzas a la niña de que muy probablemente lo aceptaría. Unas semanas después recibió la llamada del director diciéndole que el guión fue aceptado y que la empezarían a producir a finales del año que viene. Nali estaba tan entusiasmada que empezó a escribir más guiones en los ratos que tenía libre después de clase.
Expandió más su imaginación en la trama de sus proyectos; escribió tres de comedia, uno de acción, tres más de romanticismo, uno de drama, y estaba considerando muy en serio el escribir una novela detectivesca. Sus padres la consideraban un prodigio de la escritura y la ayudaban en todo lo posible, además su madre había estudiado de joven filología en la universidad de Lyon en Francia. Un día al terminar la clase de literatura, su profesora le pidió al igual que a los veintinueve alumnos que allí había que escribieran un pequeño relato de dos hojas sobre lo que pensaban que podría pasar en el futuro referente a la calidad de la vida humana, y se someterían a votaciones para ver cuál sería la mejor. A Nali le pareció emocionante y con deseo de intentarlo, ya que tenía ciertas ideas sobre el tema. Una vez que Nali llegó a casa se dirigió a la cocina, se preparó un bocadillo de chocolate y un zumo de naranja, después se encaminó hacia su cuarto, encendió el ordenador y empezó a obrar como ella sola sabia.
Una vez escrita la narración, la guardó. Al día siguiente Nali tenía que leerla en voz alta ante toda la clase, y fue la mejor de todas.
“La raza humana en el futuro”
—Constantemente viajamos al futuro, cada segundo que pasa, minuto, hora, día… es una etapa más en la cual todo lo existente se mueve hacia delante. El ser humano intenta controlar ese tiempo queriendo ser inmortal, pero la inmortalidad no existe, porque el universo dejará de expandirse y empezará a retroceder, eliminando poco a poco todo lo que en un principio originó para poder pillar nuevas fuerzas y alzarse hasta expandirse con un nuevo inicio.
Nada es eterno y todo tiene su fin, pero el humano no acepta eso. Hay una parte de una frase que leí hace tiempo de un chico español que decía: “Solo cuando anhelemos vivir, empezaremos a vivir”
Y es cierto, vivimos creyendo que el poder, el dinero o el ser alguien importante nos otorgan la vida, y eso hace que nuestra mente se distorsione admitiendo la irrealidad de la realidad. Estamos sometidos a un montón de influencias cambiando nuestro libre albedrio y transformándonos en maquinas diseñada para un solo propósito. Y lo peor es que todo esto está tan extendido que su solución se acerca a lo imposible. Porque la mayor parte del ser humano sigue desbrozando para poder caminar, y no se da cuenta de que siempre hay un camino cerca, solo hay que buscarlo.
Mi perspectiva acerca del porvenir no es muy buena, tal vez esté viendo demasiado el lado malo del Homo Sapiens, pero también veo las partes buenas; el amor, la amistad, el respeto y la responsabilidad, son cosas que por un segundo me hacen ver que el humano puede mejorar. Esto me recuerda a otra parte de otra frase del mismo chico:
“Si realmente queremos un mundo mejor, seamos inmejorables”.
Este mundo es frágil, y cada acción que se comete prevalece en el presente, afectando al futuro. Tal vez el humano viva trescientos o cuatrocientos años si empieza a cambiar, pero cuanto más tarde menos durará.
FDO: Nali Pagrop
Al finalizar de dictar su escritura, empezó a sonrojarse al ver a todos sus compañeros levantarse, vitoreándola y aplaudiéndola con gran energía. Su profesora rápidamente mandó silenciar a toda la clase ya que estaban haciendo demasiado alboroto. Luego se acercó a Nali; cogió su trabajo, lo levantó hacia los alumnos y preguntó:
— ¿Que nota creéis que se merece?
Todos respondieron, un diez.
Desde ese día todos sus compañeros empezaron a reflexionar sobre sus actos, y comenzaron a darle un paulatino cambio a sus vidas.
OPINIONES Y COMENTARIOS