Crímenes perfectos
Silvia descolgó la ropa por la mañana, después de que Jairo partiera a su oficina. La separó por color y la dobló con delicadeza;al hacerlo, repasó la lista de quehaceres del día. Lavar platos, planchar, organizar el cuarto, comenzó mientras llevaba las camisas de su marido al armario. Se fijó en el reloj y recordó...