La carta que nunca leerás
Carta #1 Maldita tu voz, tu olor y tu piel. Maldita tu ancha espalda (donde ahora sé que te gusta recibir besos) malditos los días que estuvimos juntos, pero más malditos en los que no. Malditos todos los te amo que me dijiste aún más los que callaste. Maldita tu madre histérica y tú padre...