Estúpida cinefilia ( Mi primer atraco )
El estridente pitido de la alarma nos cogió por sorpresa. No es que no la esperáramos, en fin, sabíamos que tenía que sonar, estimular las esperanzas de los cuatro parroquianos asustados que jugaban al póker una vez que el viejo Paco bajaba la roñosa verja pintarrajeada y todo eso. El problema es que sonó antes...