LA FANTÁSTICA CIUDAD CENTRAL
Un amanecer neblinoso. La luz del día hería mis ojos, caminé con la mirada extraviada. En los límites de las cumbres disueltas estaba la ciudad a la que quería llegar. Me alimenté de hojas y semillas esparcidas por el viento y del agua que brotaba de las peñas. Hallé una gaviota muerta que devoré insaciable....