Y sin querer, viajé.

Y sin querer, viajé.

B

05/04/2017

Hay noches nostálgicas que nos abaten y que nos provocan un intenso deseo de viajar. No hay lugar más codiciado que aquél al que nunca podremos volver.

Sin embargo, convendría saber rehuirlos; si no lo hacemos a tiempo los estaremos suspirando toda una vida.

Volví a mirar la foto.

Y sin querer, viajé.

Cómo anhelo esas vistas…

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Están caladas de tus besos. Además, dicen que todavía se escucha por allí tu risa.

Y así, por un instante, tu ausencia se fugó.

Me enamoré de Madrid.

Pero primero, de ti.

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