El trayecto de viaje, pesa más que mi destino. Quizás éste no importa porque todo es bello, interesante, o aburrido,según cómo se viva.

Un tren…mi viaje comenzaría en él, recorrería mi mirada por paisajes envolventes, soñaría un rato mientras mis ojos retuvieran una imagen que jugara con mi mente. Mi mirada podría centrarse en esa playa de arena mojada bañada por el agua clara o ese pueblo de empedradas calles.

Por primera vez elegiría mi compañero «instinto» donde bajar y…descendería sola.

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