Virginia
Alejandro Olivares se sentía nervioso porque era su primera tempestad en la casa #175 de la calle Cotubanamá#bocadillo. Para disipar la ansiedad, había bebido dos vasos de ron Barceló Añejo, del que vendía a sus clientes. Su esposa, Lourdes Díaz, estaba embarazada y lista para dar a luz en dos semanas. Ya tenían la maleta...