Servicios ocultos
‒Es la quincena de Navidad ‒protestó Juan desde la puerta. El ingeniero le respondió del otro lado del escritorio. Había apoyado el brazo encima de los sobres. ‒Consíguete otro, sin cubrebocas no entras. Ni para qué insistir. Se estaba vengando por el chiste del Güero, pensó Juan. Buscó al Ray, que ya había cobrado, y...