Entre sombras
¡Monstruo! grito uno y todos corrimos. Tenía una enorme panza, mirada perdida, se iba comiendo todo lo que encontraba a su paso. Se comió su orgullo, su soberbia. Su lengua larga y sus dientes afilados se iban haciendo más pequeños. Los pasos eran cada vez más inseguros. Su aspecto físico ya no era furor. “El...