Pueblo de soñadoras
A Montserrat, que se atrevió a soñar. Es una noche cualquiera y del monte del que yo parto las chimeneas de los supervivientes sacan humo, las luces de las casas descubren rituales nocturnos y los jazmines dejan ir su perfume irresistible, recreándose, así, con los recuerdos de los desertores tan hambrientos de futuro. La luna...