La última mirada
“Se ha muerto la Silvina. La entierran mañana, pero no tengo ánimo para el viaje”, dice la voz de su madre al teléfono, entre los correteos de la mañana. Suena hueca -como siempre que habla del pueblo-, como si la distancia que la separa del lugar donde creció, pudiera medirse en su garganta. Mientras recoge...