Entre espías y ladrones
Capítulo 1 Quedan quince minutos. Por mucho que mire el reloj, no va a cambiar la velocidad de los segundos al pasar. Dios, era realmente aburrido esperar sentado en la misma silla dura, con el mismo café ya frío. Levanto la taza, y tomo otro sorbo. Bueno, al menos es café del bueno. La cafetería...