En las fauces del diablo.
La santera escupía el brebaje en el cuerpo desnudo de Flora con rabia, sin miramientos; en una mano sostenía la botella que llevaba a su boca para inundarla de un pantanoso líquido negruzco, que más parecía una sopa de alquitrán, que el mítico e infalible remedio de amores de la renombrada bruja Yamile; y en...