Vuelta Eterna
Ciudadanos pobres en sus terruños, sin acceso a la educación y al trabajo, se abarrotaron en los barcos y se lanzaron para América. Trajeron todo lo que no se compra con dinero, su cultura, sus ideas, las ganas de ser mejores, sus oficios, la música y sus comidas. Atrás quedaban madres, hermanos y hasta esposas...