Relegación
Seis de Febrero, el sol se había quedado dormido, y yo tenía que salir apresurada a cumplir con mis labores del día. Iba por la avenida olvidada, por la que pasamos los transeúntes que nada queremos saber de noticias sensacionalistas. Oí a lo lejos a un pequeño niño que lloraba muy asustado ante un tumulto...