Mi agrio hogar
Alexandra mantuvo los ojos abiertos en la penumbra, tratando de respirar hondo como sus hermanas le habían aconsejado como clásica herramienta para lograr conciliar el sueño, pero fue inútil. Era natural, al amanecer su vida cambiaría para siempre. Decidió cerrar los ojos e imaginar su nueva vida en Inglaterra. Se vio usando un largo vestido...