Escápulas maravillosas
Me cuesta mucho trabajo pensar, Laila, y, sin embargo, no dejo de pensar en ti. Todavía te echo de menos, aunque de una forma algo más soportable que al principio. La primera semana fue horrible. Tu imagen pesaba tanto que me parecía extraño que nadie te descubriera flotando sobre mi cabeza. Son las tres. La...