UNA FOTO
No llevaba ni diez minutos esperando y ya había tenido que saludar al menos a treinta o cuarenta personas. Apretones de manos, sonrisas, besos en ambas mejillas a ellas. No es que le molestase, pero hubiese preferido algo más discreto, menos multitudinario. Por eso, aunque era el protagonista, se había situado en lo más alto...