28.
Por fin sintió el viento en su cara. Su libertad. Tanto tiempo había anhelado salir de ese agujero frío y oscuro. Tanto tiempo padeciendo el cautiverio. Tantos años conviviendo con caras amenazantes, con miradas lascivas. Con la angustia propia de quien se sabe mortal. Tantos años tratando de tomar valor. Incontables fueron las noches en...