El camino de la maldad.

El camino de la maldad.

«Todavía debo dinero al dinero al dinero que debo,

nunca pensé en amor cuando pensaba en el hogar.

Todavía debo dinero al dinero al dinero que debo,

los pisos se están cayendo de todas las personas que conozco.

Voy en un zumbido de sangre, sí así es,

voy en un zumbido de sangre,

voy en un zumbido de sangre, Dios.

Voy en un zumbido de sangre»

The National, «Bloodbuzz Ohio»

Dedicado a todos aquellos que la vida les ha tratado peor de lo que merecen.

Para la maldad se nace no se hace.

Y después hay que vivir como un perro con la herida abierta: sin quejarse.

El perro sólo se acobarda ante la agresividad del «valiente» ser humano.

Si escribo» el cielo de tu sonrisa envuelve hasta el mismisimo tiempo»

es solo un acto para limpiar mi conciencia.

Pido perdón a mi familia, a todos los que me quisieron y a todos los que dañé

tantas veces estoy lleno de odio,

quizá tantas como cuando me invade eso que llaman amor,

no bondad,

la bondad no hay que buscarla ni hacerla;

se tiene o no.

Hago un infinito esfuerzo para buscar cada día una posibilidad

[una vez más] de redención.

Escribiré mientras crea en ella.

Me gustaría tener valor y perderme en la heroína,

beber y andar por las calles con Francisco de Palma,

cagarme en la puta madre de todos vosotros,

conocer al sapo de Panero,

pero ni lo hago ni lo haré nunca.

Se andará lo mejor posible tras caer infinitas veces,

todos los días existe una rendija de luz,

ya dijo Cohen algo similar.

A veces ni me molesto en buscarla,

mas escribiré mientras quede una pequeña posibilidad de obtenerla.

Hay demasiada gente en este cocina. Bello hormigón y cemento en paseos nocturnos.

Para muchos la muerte es el inicio de la vida,

dicen que cuando el corazón se para comienza la libertad.

Mentí, robé, bebí, me drogué, intenté hundir y destrozar a personas,

y, tal vez, como diría Serrat; «alguna vez amé.»

Todos subimos escaleras rodando alguna vez,

el amor se cura,

aún no puedo decir lo mismo de las sensaciones y los recuerdos.

Mientras,los días pasan al ritmo de ruedas drogadictas.

Realmente me gustaría que mi vida llevara el compás

de Coltrane en “Ballads”.

Mudarnos de nuestra casa a ninguna parte,

cuanto dolor bucea en alcohol.

Nadie puedo opinar ni saber como sentimos,

como morimos cada domingo yendo de Barcelona a Bilbao.

[ Es curioso como dos canciones de Iván Ferreiro son puntos de inflexión]

Cuando era pequeño esa plaza parecía tan grande.

Sigo siendo pequeño

y mi mirada insignificante

Hoy vuelvo a apreciar lo grande que es la plaza

evolucioné;

en el amor aprendí a mentir,

me doctoré en engañarme.

Cada segundo veo un futuro que nunca es como me lo muestro a mi,

luego viene tu sufrimiento a mi mente y digo se acabó, que es la última vez.

Me violé el respeto,

y sé que pronto me volveré a destruir,

a responder

a querer.

Te quise tanto que acabé conmigo,

te quise hasta odiarte,

El amor es parte de la ecuación de la soledad.

Hijos de la luz y la sombra*,

hasta Olof Palme voló por los aires,

nuestros tatarabuelos nos transmitieron el gen de la tristeza,

algo de odio,

algo de melancolía.

Sé que lo he dicho muchas veces;

tu sonrisa inunda esta hoja

y tus ojos recorriendo la habitación ,

mientras los miraba sin que lo supieras.

En muchos de vosotros no existe este título, pues si no hay maldad,

no hay camino para llegar a ella.

El camino para mí es claro: mi cuerpo.

Desde que nací la tengo dentro.

El camino se recorre apostando lo poco que ganas a perder.

Ayer te fuiste de mis manos.

Observas, aceptas, miras limpiamente como voy engañando al Mar.

Me sigue invadiendo la tristeza, me vienen recuerdos de épocas en las que quizá no fui feliz, pero las echo de menos. Siempre eché de menos lo que no tuve o lo que dejé atrás. Y así es siempre. Y me culpó de ello.

No hay días que no recuerde el daño que he hecho. Todo lo que debo a la vida y las personas.

Quiero dejar a Israel atrás. Poco a poco. Construir algo bonito en mi interior ,paso a paso; con palabras.

* «Hijos de la luz y la sombra» es un poema de Miguel Hernández.

En la foto: un servidor muchos años antes de besar al diablo.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS