Oinutsik
Éranse una vez unos momentos. De esos que son difíciles de coger, porque no valen las manos para atraparlos, sino las sonrisas. Y solo las adecuadas, no cualesquiera. De las que salen del estómago, o de las lágrimas, tanto da. El hambre y las ganas de llorar se suelen juntar en la boca, por si...