Anclado en ti
Han pasado más de seis meses desde que salí de la prisión en la que me había encerrado; ella fue la única que pudo sacarme de ese oscuro lugar. Extendió sus brazos hacia mí, me invitó a sentirme vivo de nuevo, acarició mi rostro y sugirió que podía confiar en ella. Lo primero que hicimos...