Las Anastasias
Como todos los días de lunes a viernes la recogía en los bajos de casa, ese momento era para mí el más feliz del día. Volverla a ver, recibir un dibujo, cargarla a caballito y, cantando alguna canción que ambos conocíamos, ir a su parque, a “Mi Parque”, como lo nombraba ella; y...