El Guardián de sonrisas
Seis de la mañana No hay estrellas en el cielo de Madrid: todo está oscuro. Ya me lo había avisado Didí, en las interminables horas de peregrinación compartidas, sumando países al cuentakilómetros de nuestras desgastadas sandalias, escapando por los pelos de la sed, distrayendo a duras penas el hambre, ganando por milésimas la carrera al...