El edificio de enfrente
De madrugada, desde la ventana del hotel, se ven los edificios de la ciudad todavía en penumbras y las luces del cielo que oscilan en un claro oscuro rojizo. Es un espectáculo digno de ver. Me siento en el sillón con un vaso de whisky y un paquete de cigarrillos. A veces escribo, pero no...