Fiel reproche
–Yo no entiendo nada de política. Para mi es un mundo aparte del que no quiero ni hablar –fue lo primero que escuché del veterano doctor que conversaba con su homólogo. En la cafetería del hospital apenas si había caras sonrientes, la mayoría tomaba un desayuno que se antojaba amargo por el rictus adquirido. Yo...