No era una mañana cualquiera en mi barrio
MI BARRIO -¡Mamaaaaaa nos vamos a la calle a jugar!, ¿mamá?- la puerta estaba abierta; solo había que seguir el olor a café para saber que se había ido, como otras mañanas, a tomárselo con la vecina mientras la comida terminaba de hacerse. -Mama, nos vamos a jugar. ¡¡Hola Reme!!- Me dirigí a la vecina...