CON OSADÍA
Nunca había visto llorar tanto a una persona grande; mi abuela paterna…la que me había criado… no nos vería más… El puerto de Lisboa cobijaba mi niñez de cinco años de la mano de mi madre, una joven primorosa de treinta. “Amazonia”… era el barco que sería nuestro refugio en la travesía, viajando en tercera clase...