El guillotinador
La primera vez que me cortó la cabeza yo ni siquiera había abierto los ojos al mundo. Ya entonces era un reputado “rebanacocos”. Con el tiempo iría profesionalizándose, adquiriendo la pericia de un maestro fotógrafo guillotinador. Los que no le conocían erraban al tacharle de hombre adusto. No es de extrañar, siempre...