Claudet
Arrastra el alma como si fuera el bolso, apenas asida con desgana, y la zarandea en el vacío incierto del tiempo muerto entre el calor de un billete y la frialdad de enero. Su carmín emborrona la sonrisa perdida entre los árboles, riéndose del alma mugrienta y deshecha en lodoso llanto, llanto seco...